Mis queridos maceros, lo que sigue a continuación no es un análisis, ni pretendo sacar conclusiones, ni respuestas a todas las dudas que se nos plantean estos días a la mayoría de nosotros…tan sólo son ideas y divagaciones sin mucho sentido, pero que quería compartir con vosotros, porque siempre, hasta ahora, he encontrado en vuestros comentarios una gran inspiración y mucha sabiduría, y ahora más que nunca, necesito de ambas cosas…
Ya hace más de un mes que acabó la “huelga que cambió mi vida” (Kacereña dixit). Hoy me planteo hasta qué punto la ha cambiado, y en qué sentido lo ha hecho. ¿Ha sido para bien o para mal?, ¿el cambio ha sido sustancial o sólo superficial?, ¿traerá consecuencias para mi futuro este cambio o se limitará a ser un “incidente pasajero” más en mi vida?.
Obviamente, no tengo respuestas para todas estas preguntas, quizás no ha pasado el tiempo suficiente, quizás nunca encuentre esas respuestas, o estas no sean del todo completas, siempre una sola visión de cualquier aspecto está sujeta a la subjetividad, y mi visión de este tiempo de huelga y post-huelga es sin duda, parcial y nada objetiva.
En una conversación reciente que tuve sobre el futuro que nos esperaba ahora, y las posibles soluciones a ese futuro tan previsiblemente negro que nos esperaba, un querido amigo me dijo que yo sólo hablaba, pero que no decía nada. Fue una buena observación que me llevó a reflexionar; no sé vosotros, pero yo me encuentro algo perdida últimamente, por un lado, sigo sintiéndome estafada y engañada por la forma en que terminamos nuestra lucha, quizá porque pusimos toda nuestra ilusión y nuestra fuerza en algo que creímos justo, o quizá el enfado es conmigo misma, por haberme dejado engañar de esta forma, si bien de haberlo sabido, seguramente no habría cambiado ni uno sólo de los días vividos, los volvería a disfrutar, del primero al último (por algo me llaman la más burra, no?).
Pero no quiero hablar hoy sobre todas las cosas buenas que me llevo de este periodo, todos sabemos cuales son… Quiero hablar de que creo que es necesario, vital, diría yo, superar esa sensación de fracaso que muchos tenemos (no te enfades, andaluza, cariño, ya sé lo que opinas, pero, ¿qué quieres hija mía…?), o mejor que superarla, sería reconducirla hacia algo positivo y constructivo.
Me explico. Asumiendo que hemos perdido muchas cosas importantes: la confianza en los sindicatos, en la fuerza de nuestro colectivo, la esperanza en nuestro futuro laboral y en próximas reivindicaciones…¿qué postura debo adoptar yo ante todo eso?. Reconozco que la primera reacción, lo que me pide el cuerpo, es decir “a la mierda todo”, y continuar como hasta ahora, pensando que nada puedo hacer; y eso, que era válido antes, hoy, no sé porqué, no me sirve ya. Y me encuentro en esta encrucijada, aparentemente sin salida, porque los peros son muchos, aunque yo me resisto, de momento, a darme por vencida.
¿Debemos luchar cada uno por nuestro lado, individualmente, o intentar recomponer la ya famosa unidad que nos llevó a Madrid aquel 29 de marzo…?. Yo creo que lo segundo, sin duda, pero con algún matiz. Ya no podemos estar todos juntos en el mismo barco, porque el barco nos lo rompieron (o lo dejamos nosotros naufragar, como se quiera ver), pero tal vez con los pedazos, se pueda construir algo parecido a un salvavidas, por ejemplo, unos sindicatos que tengan un ámbito exclusivamente autonómico, asambleario, y específico de justicia, algo más de andar por casa, que podamos controlar, palpar, ver y sentir…supongo que eso nos daría más tranquilidad, a la hora de poner nuestro esfuerzo en manos de unos negociadores, porque se ha visto lo que pasa con los sindicatos a nivel nacional, mejor no lo recordamos. Sin embargo, escudarnos en la posibilidad de una futura “traición” para así justificar el bajar los brazos y dejar de luchar…lo entiendo, pero sinceramente, creo que no es la mejor opción.
Estos días he sentido más que nunca que el Ministerio nos tiene donde él quería: los funcionarios, calladitos y desencantados, los sindicatos, sin fuerza, sin ideas, ni capacidad de presión (sin nosotros detrás, ya me diréis que van a hacer), la opinión pública, olvidando el tema de la huelga, todo pasa… ¿Es que esto se va a acabar así ?. Los planes de actuación no le importan a nadie, nosotros no le importamos a nadie, al final, lo único que nos queda es intentar que no nos separen del todo, que al menos, el germen de la resistencia que demostramos en su día, no sea un espejismo, que las raíces sean más fuertes de lo que creemos, y que en un futuro, espero que no muy lejano, podamos volver a sacar con orgullo el “kit de huelguista” del que hablaba mi querido canijo jota, hace ahora un mes, y recuperar ese espíritu, ahora desaparecido. Tal vez no tengamos que echarnos a la calle, como ahora, y las luchas venideras sean de otro tipo, me temo que más duras e ingratas incluso que esta, pero sólo permaneciendo junticos y muy apretaos, como digo yo siempre, conseguiremos algo digno para todos y cada uno de nosotros. Y es que por mucho que nos transfieran a todos, al final seguiremos siendo un cuerpo nacional (y qué cuerpos…madre mía). Conjugar el tema de las transferencias con la categoría de ser cuerpo único, eso va a ser la releche, me temo, ya lo ha sido en las CCAA ya transferidas…
Perdonad este chorizo tan largo y tan pesado que os habéis tenido que tragar. A los que hayáis leído esto hasta el final, gracias por escucharme, a los que no, gracias también, os quiero mucho…y una última cosa, gracias a todos vosotros, porque desde que os conozco, me levanto más contenta por las mañanas, y me acuesto mucho, mucho, mucho, pero mucho más tarde por las noches…jodios…
Un beso húmedo, la logro.
Nota informativa der Jota: en las próximas semanas por motivos que no me da la gana de contar porque soy un borde y un cabronazo no voy a poder estar por aquí porque no tengo el cuerpo ni para orgías ni para croquetas. Todo lo que queráis que ponga aquí me lo mandais al correo como hizo mi amiga la logroñesa. Sois cojonudos. No me llaméis, pesaos de los cojones. Pero sois cojonúos. Pero pesaos. Pero cojonúos. Pero pesaos. Me callo, que entro en bucle.
AUXILIAR Y LUISETEEEEE NO OS VUELVO A DEJAR LAS LLAVES DEL LOCAL, MAMONAZOSSSSSSSS. GRACIAS POR EL HOMENAJE ;-)
Una última cosa, al mini no sé que cojones le pasa, algo habrá tocao la andaluza en donde no debía seguro, pero aquí no hay censura eh. A ver si lo puedo arreglar. Abrazos y besos.
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